Introducción

Uno de los mayores desafíos a la hora de cuidar la ropa es protegerla de las manchas y la humedad. Para ello, muchos recurren a agentes impermeabilizantes, que se utilizan para crear una capa protectora que evita que los líquidos penetren las fibras del tejido. Pero no todos los tejidos pueden ser tratados con estos productos. En este artículo nos enfocaremos en los tejidos que no pueden ser impermeabilizados y explicaremos las razones detrás de ello.

Tejidos naturales

La mayoría de los tejidos naturales, como el algodón, la lana y la seda, son altamente porosos y absorben fácilmente la humedad. Los agentes impermeabilizantes no penetran en estas fibras y, por lo tanto, no proporcionan una protección duradera. Además, estos productos pueden alterar la apariencia y la textura de los tejidos naturales, dejando una película grasosa que puede ser difícil de eliminar.

Tejidos sintéticos

A diferencia de los tejidos naturales, los tejidos sintéticos, como el poliéster y el nylon, son inherentemente resistentes al agua debido a su estructura química. Aplicar un agente impermeabilizante puede hacer que estas fibras se vuelvan rígidas y que se acumule la humedad debajo de la capa de protección, lo que puede provocar la formación de moho y hongos.

Tejidos con acabado impermeable

Algunos tejidos, como el GORE-TEX y otros acabados técnicos, ya han sido tratados con sustancias químicas para resistir el agua. Aplicar un agente impermeabilizante a estos tejidos puede alterar su capacidad para mantenerse transpirables y confortables.

Tejidos delicados y sensibles al calor

Algunos tejidos, como la seda y el cuero, son demasiado delicados para soportar la aplicación de agentes impermeabilizantes. La exposición al calor, la fricción y otros procesos necesarios para aplicar estos productos pueden dañar irreparablemente estas fibras.

Conclusión

En resumen, es importante tener en cuenta que no todos los tejidos pueden ser tratados con agentes impermeabilizantes. Los tejidos naturales, los sintéticos, los que ya tienen un acabado impermeable y los delicados y sensibles al calor, son algunos ejemplos de tejidos que no deben ser impermeabilizados. Es necesario prestar atención a las etiquetas de cuidado de la ropa y seguir las recomendaciones del fabricante para mantener la ropa en buen estado y asegurarse de qué productos pueden ser utilizados en cada tipo de tejido.