Introducción

La humedad es uno de los factores más influyentes en el envejecimiento de las telas. Afecta no solo cómo se ven y sienten las telas, sino también su durabilidad y robustez.

¿Qué es la humedad?

La humedad es la cantidad de vapor de agua en el aire. Se mide en porcentaje, y puede variar según la temperatura y la presión atmosférica. Cuando hay más humedad en el aire, puede ser más difícil para las telas secarse y evitar el crecimiento de moho y hongos.

¿Cómo afecta la humedad a las telas?

La humedad puede tener un impacto significativo en la apariencia y durabilidad de las telas. Cuando las telas están expuestas a niveles altos de humedad, pueden volverse pegajosas y difíciles de manejar. Las fibras pueden hincharse y perder su forma, lo que ocasiona deformaciones en la prenda. Además, la humedad puede debilitar las fibras y hacerlas más propensas a rasgarse o partirse con facilidad.

Aspecto de las telas

Cuando la humedad penetra en las fibras de las telas, tienden a malograrse, lo cual puede afectar su apariencia. Las telas pueden presentar manchas y cambios de color, especialmente en zonas propensas a la humedad como las axilas, cuellos, y puños. También pueden notarse arrugas adicionales en la tela debido a su expansión debido a la humedad.

Moho y hongos

Cuando las telas están expuestas a niveles altos de humedad, pueden ser propensas al crecimiento de moho y hongos. Esto puede ser especialmente preocupante para aquellas personas con alergias, ya que el crecimiento de estos organismos puede desencadenar o agravar problemas respiratorios.

Olor de la ropa

La humedad puede resultar en olores desagradables en las telas, especialmente cuando se almacenan durante un tiempo prolongado en zonas húmedas. El olor a moho es muy característico, pero aun cuando la deformación aún no es visible, el olor puede aparecer e indicar una creciente degradación en la tela.

¿Cómo cuidar las telas adecuadamente en ambientes húmedos?

Hay muchas formas de proteger las telas de la humedad y minimizar su daño. Aquí te decimos las más importantes medidas a tomar.

Secar la ropa adecuadamente

Es importante secar la ropa de manera adecuada para evitar que la humedad se acumule en las fibras. Separa la ropa antes de colgarla en un área libre de humedad y evita poner prendas muy juntas para acortar el tiempo de secado. Los ventiladores y deshumidificadores también pueden ser útiles si se los usa apropiadamente. Asimismo, cambiar las prendas de piel y ropa del ejercicio que están empapados por la transpiración también ayuda a mitigar los efectos del ambiente húmedo.

Almacenar adecuadamente la ropa

Al guardar la ropa, la prevención es la mejor medida. Para evitar que las telas sufran daños por humedad, debes asegurarte de guardarlas en un espacio seco y fresco. Usa contenedores o ganchos de ropa en los cuales permitan cierto flujo del aire, y jamás guardes prendas húmedas. Asimismo, dirigir la ropa y objetos hacia la luz solar que entra por una ventana también ayuda a reducir la humedad al secar las fibras expuestas.

Limpiar la ropa adecuadamente

Es importante limpiar la ropa de manera adecuada para evitar que se promueva la acumulación de humedad. Los detergentes y suavizantes que estás utilizando para lavar tus prendas pueden estar contribuyendo a la acumulación de humedad en la ropa. Si necesitas usarlos, asegúrate de seguir las instrucciones básicas de cómo lavar la ropa en las que se indica cómo usarlos adecuadamente y cuánto utilizar.

Conclusión

La humedad puede afectar seriamente el envejecimiento de las telas. El cambio de temperatura y altos niveles de humedad pueden debilitar las fibras y disminuir la resistencia o durabilidad de una prenda. Para evitar el daño de tus prendas y prolongar su vida útil, sigue los consejos anteriores para cuidar apropiadamente de tus telas y abrigos. Convertirse en un químico textil experto o comprender lo básico de cómo mantener la calidad de tus telas es clave para que tus telas y ropa sigan siendo tan buenas como cuando las compraste por mucho tiempo.